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La cetrería gallega pide coherencia a las administraciones, por su relevancia histórica y en el X aniversario de su reconocimiento oficial por la UNESCO

Este lunes, 16 de noviembre, se celebra el Día Mundial de la Cetrería, conmemorando el día en el que, hace una década, fue declarada como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

En este día, desde la AGCCA piden a las administraciones públicas que este arte ancestral sea considerado más que un modelo de caza, pues la cetrería posee múltiples usos ambientales y sociales como los terapéuticos o incluso lúdicos.

Santiago, domingo 15 de noviembre de 2020.

La Asociación Galega de Cetreiros e Criadores de Aves Rapaces se sumará a la celebración de este lunes 16 de noviembre del Día Mundial de la Cetrería. Este arte milenario fue declarado en el año 2010 como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. La Convención reconoció que la cetrería es una tradición social que se realiza en armonía con la naturaleza y el medio ambiente y que ha pasado de generación en generación, proporcionando a las diversas comunidades internacionales de cetreros un sentido de pertenencia, continuidad e identidad.

Coincidiendo con esta celebración, la AGCCA reclama a las administraciones públicas competentes y a la Xunta de Galicia su intervención, para que se trate esta actividad con respeto a sus peculiaridades y más allá incluso de sus connotaciones cinegéticas o como deporte… parte de la actividad, pero que no deben encasillar a la cetrería en un único marco, pues posee múltiples facetas tanto sociales como ambientales. Además, teniendo en cuento el bienestar animal se le reclama a la administración que no se sigan poniendo trabas a la práctica del vuelo y no lo limite éste sólo a las jornadas de caza.

En la actualidad, en España hay casi 8000 cetreros (3000 asociados) que cuidan y entrenan aves rapaces, en su gran mayoría halcones y azores. En lo que se refiere a Galicia, los cetreros superan los doscientos, mientras que los criadores, son unos 25 en nuestra comunidad autónoma. Es un sector sometido a una fuerte regulación, necesaria y positiva para garantizar su sostenibilidad, aunque dominada por la descoordinación entre comunidades e incluso respecto a otros países. Se practica con aves criadas al efecto y está vetado el uso de animales capturados en la naturaleza.

Las reivindicaciones de la AGCCA

En el Día Mundial de la Cetrería, la Asociación Gallega de Cetrería y Criadores de Aves Rapaces, AGCCA, desde un punto de bienestar animal se le reclama a las administraciones que no se sigan poniendo trabas a la práctica del vuelo durante todo el año y a no limitar este, sólo a las jornadas de caza. La interpretación de la norma, y que la actividad cetrera se vea únicamente desde una perspectiva de la caza, está perjudicando la salud de las aves y su estado físico, al limitarse la necesaria práctica física diaria.

La AGCCA hace constar, que se trata de un colectivo heterogéneo de amantes y practicantes de este arte, por ello se reclama que “nuestros pájaros y cetreros puedan salir a volar sin tener que pagar por hacerlo en un coto privado o ver limitado el ejercicio a una época hábil de caza, condenándoles el resto del año a estar en un posadero o en una jaula” como ocurriría de no clarificarse adecuadamente la norma. Son animales que deberían tener el derecho a ejercitarse, sin que la interpretación de quienes tienen que aplicar la legislación, en repetidas ocasiones lo impida. Hay “muchas formas de cetrería”, desde la caza al trabajo con colectivos sensibles (función terapéutica) o incluso lúdica. La declaración de la cetrería como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO debería de llevar implícito en España, y en Galicia en particular, el respeto y el fomento de esta actividad ancestral.

La cetrería en nuestro país

Aunque se cree que en el siglo III A.C existía ya una forma de cetrería que se practicaba en la Península, lo cierto es que los historiadores fechan la llegada de la azorería a España en el siglo VI, cuando la introdujeron los pueblos godos, y que con la llegada de los árabes (siglo VIII) se ha enriquecido nuestro patrimonio con la halconería califal. Además de que España fue importadora de este arte, también fue el emisor de la cetrería por Europa, Asia y América, contribuyendo a que a día de hoy se siga practicando en más de 70 países de todo el mundo. Aunque ya con el rey Alfonso X, las aves rapaces pasaron de ser consideradas alimañas a convertirse en especies protegidas, lo cierto es que fue Félix Rodríguez de la Fuente quien consiguió su protección a mediados del siglo XX e impulsando la práctica de la cetrería en nuestro país.

Los beneficios de la cetrería

La cetrería es el arte tradicional cinegético de cuidar y entrenar aves rapaces que se lleva practicando en todo el mundo desde hace más de 5.000 años, y aunque en sus inicios se utilizaba para cazar presas silvestres en su medio natural, en la actualidad, este arte milenario posee además otros múltiples usos ambientales y sociales como de apoyo terapéutico o lúdicos.

La cetrería, además, es un compromiso (cuidados y entrenamientos diarios) que adquieren quienes se dedican a este arte con el ave que dura toda la vida, con el que se
crea un vínculo entre el animal y la persona. Los cetreros han sido a lo largo de la historia quienes han velado por la protección de las aves de presa. La cetrería ha aportado además de la preservación de las aves rapaces, otros beneficios a la sociedad como su uso parta el control de otras aves como en aeropuertos para garantizar la seguridad de aviones y pasajeros, manteniendo limpias las pistas de aves y evitando choques contra las aeronaves, o en instalaciones de tratamiento de residuos y otras plantas industriales.
Otros de los beneficios asociados a la cetrería y de las aves rapaces, es que también sirve como método selectivo, no masivo y no contaminante de control biológico de plagas, evitando la propagación de agentes químicos y plagas en nuestros campos.

Además, la cetrería ha desarrollado la cría en cautividad de aves de presa, asegurando así su reproducción doméstica y en muchos casos evitando su extinción y contribuye a diversos programas de recuperación de sus especies salvajes, aprovechando los conocimientos y experiencia de los criadores.

AGCCA - Asociación Galega de Cetreiros e Criadores de Aves Rapaces

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